Supongo, querida Danae, que lo tenía un poco bloqueado. Tal como un mecanismo de defensa, como cuando apagas la telly para no ver noticias y fantasear que a pantalla apagada se acaba toda la mierda. Pero los fantasmas vuelven (eso es, de verdad, lo que los hace aterradores) y, en una vieja conferencia online que vi hace algunos meses, Donna Haraway (que la santísima virgen del Chthuluceno me la tenga protegida) volvía a nombrar, justamente, lo insoportable: cómo los intereses geopolíticos estaban puestos en el Ártico y su derretimiento causado por el calentamiento global:

Es decir, aunque las tecnologías sostenibles de todo tipo están recibiendo grandes inversiones, se está destinando mucho más dinero a succionar la última caloría de combustible fósil de los tejidos de la Tierra y al deshielo del Paso del Noroeste. El derretimiento del hielo en la Bahía de Hudson es una parte importante de esto. 

[imagen de la conferencia de Haraway]


Como excelente capricorniana, lo guardé en un cajón secretísimo de mi cerebro y, por supuesto, lo olvidé. Demás decir que el fantasma volvió con sus triquiñuelas acostumbradas: un texto pasado y olvidado en algún data center de, no sé, Waco, Texas, no tardó en aparecer brillante en mi computadora para decirme ¡bú! Se trata de un artículo del 2016 de Mél Hogan que habla del proyecto internacional de telecomunicaciones que busca construir un cable de internet submarino que pase por debajo del Ártico. Fui a ver y, la verdad, es que hay múltiples proyectos privados y estatales sobre el tema al 2021. Uno, eso sí, ya comenzó ahora en agosto construido por el gobierno de Rusia (en cooperación con China) debido al amplio interés geoestratégico.

Para Hogan, este tendido de cables de fibra óptica en el norte es un proyecto del Antropoceno, es decir, no podría si quiera pensarse sin el calentamiento global que produce el derretimiento del Ártico y abre una miríada de industrias, desde la extracción de la última gota de combustible fósil -como decía Haraway- hasta la irrupción geológica de las telecomunicaciones. Una nueva señal de que la industria aprovecha la crisis climática como una oportunidad de desarrollo y expansión colonial, en lugar de como una señal para reducir su tamaño o retirarse del todo. Pero, a diferencia de la industria del combustible fósil, a la industria de las telecomunicaciones se le exigen aún menos explicaciones. Quizás una cita de The Salvage Collective de su libro “The Tragedy of the Worker: Towards the Proletarocene” explique mucho mejor lo que nos enfrentamos con la industria del Capitaloceno: 

“He aquí un mecanismo de retroalimentación climática puramente intrínseca al capitalismo, en el que la acumulación-por-extinción es un medio para una mayor acumulación-por-extinción“.

Para cambiar un poco el tono, amiga, y a propósito del Ártico y de que necesitamos dejar de mirar al mundo sino que al planeta como organismo vivo en su contexto espacial, sumando a las nochecitas de verano que ya llegaron a este lado del continente y los fantasmas que me visitan, me despido con una cita de Anton Pannekoek que encontré en un texto super lindo (en serio, las ilustraciones son bellísimas) llamado “Marxist Astronomy The Milky Way According to Anton Pannekoek”:

¿Qué es realmente la Vía Láctea? Exactamente, es un fantasma; pero un fantasma con una riqueza tan maravillosa de estructuras y formas, de formas brillantes y oscuras, que, vista en las oscuras noches de verano, pertenece a las escenas más bellas que la naturaleza ofrece a los ojos del hombre. Es cierto que su resplandor es tan débil que desaparece cuando el ojo trata de fijarse en él; sólo es percibido por los bastones, no por los conos de la retina, y por lo tanto sólo se ve por visión indirecta; sin embargo, cuando todo otro resplandor está ausente, da una impresión de brillante belleza.

Besos y abrazos, Danae, mon amour.
p.


Amada Paz,

¿No te pasa a veces que sientes que nos estamos diciendo la misma cosa una y otra vez? Quise comentarte esto por alguno de nuestros chat pero supongo que este mismo formato epistolar puede ayudarme a ver qué hacer con esto que he estado pensando.

Hallo que ya estamos en modo repetición: datos y datos sobre lo mal que está todo, sacamos palabras cuáticas para explicarnos las cosas. Antropoceno, neocolonialismo, terraformación, puros conceptos que si saliéramos a la calle y se los preguntamos a alguien al azar le importarían un hoyo.

Y no es que quiera adoptar esa postura anti-intelectual que está tan de moda en las redes sociales, tú cachai que la filosofía me gusta bien críptica. El tema es que la emergencia climática es un problema tan serio que considero que la indignación moral entre convencidos ayuda muy poco.

Por ejemplo en el mundo real, el planeta fútbol, los argumentos ecologistas dan lo mismo, en este artículo de la BBC explican el impacto medioambiental de los nuevos formatos de competiciones que proponen la FIFA y la UEFA que implican un montón de viajes y huella de carbono.

En fin, de todas formas para mi cartita de este mes junté el tipo de contenido habitual: Facebook haciendo control de daños porque en su “marketplace” estaban vendiendo terrenos en el Amazonas, un artículo diciendo que la crisis climática es un problema del capitalismo (esa es nueva), y un proyecto de artistas europeos que sacaron *otro* manifiesto para hacer tecnologías sostenibles, luchar contra el “colonialismo de datos”, etc.

Eso sí, este texto lo quiero destacar especialmente: es una crítica de Peter Polack a la teoría de la terraformación de Benjamin Bratton, estaba bueno ya que alguien parara el carro y aparte Peter es bacán, estuvimos juntos en una residencia artística este año y es un capo, además es el manso huacho te morís (esto obvio no lo voy a poner en la versión en inglés por si lo llega a leer jiji).

Perdóname amiga por tanto resentimiento en mi carta de hoy, una carta con una tonelada de cinismo y un elegantísimo joteo a un gringo, uf, como habría dicho en mis días drogadictos en Santiago, salió mala la mano. Más encima esta semana viajo a Glasgow a la COP26 y obviamente voy a terminar ultra chata, siempre me pasa eso cuando voy a algún evento ONU. Ya me veo atacada por el gastadero de plata en puros saludos a la bandera, pura performance en un contexto donde incluso se ha revelado que hay países haciendo lobby para defender los combustibles fósiles.

Ya, me voy a escuchar punk para pasar la rabia, esto es Hang Youth, mi banda favorita de Holanda, y esta canción se llama Shell Is een Prima Bedrijf (Shell Es una Gran Empresa):

Danae