Querida Danae, 

Ha pasado demasiado tiempo desde nuestras últimas cartas. ¡Ha pasado un mundo! La buena noticia es que ya me vacuné con mis dos dosis y la mala es, bueno, todo lo otro, jajaja. La otra vez un amigo me dijo que, en contraste con el mundo y, en particular, con las nuevas crisis que vive América Latina, Chile y su proceso constitucional era una esperanza. ¿Lo es? No se lo dije, pero si Chile es la esperanza, pues entonces estamos realmente acabados. Hay que hacerle caso al mejor chileno no chileno del mundo, Raúl Ruiz, cuando afirmaba que “Chile no es ni será jamás un gran país y eso a mí me parece fantástico”.

[Raúl Ruiz y un gatito]

A propósito, qué terrible debe ser vivir en un “gran país”. ¿Cómo será levantarse y pensar que tu forma de vida es la mejor? Lo digo en serio. No me cabe en la cabeza como habitante de este pasillo de tierra en Sudamérica. Cáchate, por ejemplo, las palabras de John Kerry, que es el enviado especial de Biden para lidiar con la crisis climática, que dijo que no hay que renunciar a la “calidad de vida” norteamericana por la crisis climática, pues está seguro que el 50% de las reducciones de carbono necesarias para llegar al cero neto provendrá de, ejem, tecnologías que aún no se han inventado. Keep the faith, como diría Jon Bon Jovi (?).

¿Es deformación ideológica, simple ignorancia o, derechamente, una forma de negacionismo del cambio climático? Por cierto, los científicos han salido a desmentirlo, con argumentos que son incluso más deprimentes que la visión de Kerry: todas las nuevas tecnologías de infraestructuras energéticas han tardado entre 30 y 100 años desde su invención hasta el 5% de penetración en los mercados existentes. 
Supongo que la exigencia sobre la mirada anticolonial a la crisis climática apunta también a esta idea de creer que hay una forma de calidad de vida que debe defenderse a costa de las emisiones de carbono. Así que seguiremos con esfuerzos vacuos y saltos de fe respecto a la crisis más grande que el plantea entero ha enfrentado, para que les gringos -en vez de sentarse en sus super contaminantes SUV– ahora pongan sus pompas en autos eléctricos que, by the waymultiplicarán la demanda de minerales lo que además hace peligrar el salto de fe de apostarle el 100% a las energías verdes. ¿Qué tal invertir en soluciones reales que no dependen de invenciones tecnológicas como estimular el uso del transporte público? Noooo, cómo se te ocurre. Ya nuestros super varones blancos algo inventarán. A todo esto, mi amigo JF sacó un proyecto muy lindo, que se llama Formado Rutas, y que busca justamente problematizar la apuesta a los autos eléctricos y la extracción de litio.
Ah! Además te quería comentar que estoy leyendo “The Stack: On Software and Sovereignty” del Banjamin Bratton, porque me parece que da una perspectiva muy interesante a los múltiples puntos ciegos de la mirada de los derechos humanos a los datos y, por cierto, al papel de las tecnologías en la crisis climática. En el fondo, él cree que muchas de las tecnologías que hoy estudiamos de forma separada (desde la inteligencia artificial, la internet de las cosas, las smart cities, los satélites, etc) son parte -sin intención- de un aparato computacional a escala planetaria que conforma una suerte de capa cognitiva en el planeta. Esto tiene varias consecuencias, una podría ser la vigilancia digital, pero, por sobre todo –lo explica en esta larga entrevista– la tóxica idea de concentrarse en sacarle datos a los individuos, como si los individuos “fueran la cosa más interesante”. En el otro extremo de su existencia, ha sido justamente este aparato computacional a escala planetaria el que ha permitido -gracias al nivel de recolección y procesamiento de datos- la aparición de un concepto epistemológicamente revolucionario: el cambio climático.
No está mal para conversarlo con una cerveza imaginaria en un bar imaginario, ¿no?
Amiga mía, te mando un beso y escríbeme pronto. 

Te lo ruego.

p.


Querida amiga,
¡Estoy demasiado feliz de recibir carta tuya! Hay que considerar que este último tiempo hemos estado bien metidas en otros aspectos del holding Gato.Earth, por ejemplo quienes siguen este boletín deberían saber que participamos en la más reciente publicación del Global Information Society Watch con nuestro artículo sobre crisis climática y la agenda de la comunidad global de derechos digitales. Creo que nos quedó excelente el texto. Además me hace sentir muy pionera que esta conexión entre clima y tecnología que comenzamos a explorar hace casi dos años hoy tenga más visibilidad.
En mis recopilaciones para gatito me he sumergido en el sinsentido habitual: el fundador de Twitter diciendo que bitcoin constituye un incentivo a las energías renovables, o esta noticia en Reuters sobre la empresa Lundin Energy vendiendo petróleo “carbono neutral”.
Una contraparte de esta desolación ecológica es la existencia de los amigos artistas en Rotterdam, por ejemplo esta exhibición a la que fui el otro día en A Tale of a Tub llamada Trade Winds in the Age of Underwater Currents y que trata sobre minería de aguas profundas, ecología costera y redes de cables submarinos. Además estoy muy entusiasmada porque un amigo curador rotterdammer abrirá en la ciudad de Delft un espacio llamado RADIUS que estará centrado en la relación entre arte contemporáneo y ecología. Me muero de ganas de ir a pintar el mono con ellos.
También estoy contenta porque está en proceso la gira zapatista a Europa y el primer escuadrón ya llegó a España, es una aventura tan poderosa la que están haciendo, me da mucha felicidad verlos. Creo que es un caso que conecta muy bien con estas palabras mega inspiradoras de Ochy Curiel, teórica feminista de República Dominicana, y su fuerte crítica a la interseccionalidad. Ella explica que es un concepto comodín popular entre empresas, oenegés y tesis universitarias, que es sólo un canto a la bandera que no significa nada ni compromete abusos materiales como el extractivismo, por lo tanto la propuesta debe ser hacer desaparecer los sistemas de opresión y no sólo quedarnos con la política del reconocimiento de las diferencias. Considero que la visión de Curiel es una idea que debe ser central al momento de trabajar el tema de la emergencia climática.
Bueno, te mando un mega abrazo, la verdad es que acá con Eurocopa, verano y vacunación, las cosas las estoy viendo harto más lindas 🙂
Tu amiga chilena no-chilena,
Danae
*Te dejo este frame de un video que hice el otro día jiji, es la gatita del Andrés de su casa de Viña y una poesía del Manifiesto Comunista <3