Amiga,

En mi carta anterior me quejaba de echar de menos el mar bravo chileno y tuve que saber irme a Tenerife a quedar machucadísima con el mar volcánico y lleno de piedras que tienen los canarios, debo decir que fui feliz. 

Me llamó la atención que vi una aproximación ambientalista muy similar a la que pude observar en Hawaii cuando fui el 2020: había un sentido generalizado de que el ecosistema de una isla es más frágil entonces hay preocupación por cosas como no botar comida y tener todo relativamente limpio ¿Quizás necesitamos las inundaciones para terminar viviendo en puras islitas y pegarnos la cachá?

Es interesante que acá en gatito hacemos unas transposiciones entre lo más micro y asuntos que conciernen a las mega geologías incluso perspectivas extra planetarias. Por ejemplo el otro día me encontré este artículo sobre la influencia de la Luna en el clima de la Tierra, y poco tiempo después leí sobre esta idea del asqueroso Elon Musk que quiere usar su internet satelital para poner publicidad en el espacio.

¯\_(ツ)_/¯

Este mes estuve leyendo a mi ídola Silvia Federici, que en su libro Reencantar el Mundo, comenta que en la Tierra estamos viviendo en condiciones que son básicamente de colonia espacial: no hay oxígeno para respirar, vidas desexualizadas, dificultades para comunicarnos, ya no escuchamos el trinar de las aves migratorias, nuestra apariencia y actitudes están siendo constantemente monitoreadas.

Nuevamente emerge esta sensación de impotencia y las soluciones que tenemos a mano no son las más prometedoras. Por ejemplo este mes también me terminé el libro de Felicity Scott que te comenté en una carta anterior y en gran medida es chaqueteo contra las estrategias existentes para enfrentar la crisis actual. Scott se va en contra de las conferencias internacionales (ejem, como en la que participaremos en diciembre) explicando que a la larga funcionan simplemente como supresoras del conflicto y que con su lógica de consenso forzado sólo conducen a tapar las inequidades estructurales. Scott también se extiende sobre las aplicaciones computacionales que coinciden con estas instancias de incidencia en su objetivo de erradicar el conflicto. También hay una crítica contra la glamorización de la filosofía “hazlo tú mismo” y de cómo ésta es incluso ridícula para las personas pobres. Finalmente, y esta es la crítica que más me dolió quizás, es sobre celebrar jipimente la idea de unidad con el universo, Scott cita de hecho a Freud para decir que aquello no es más que un consuelo religioso y que no influye en ninguna materialidad.

Así que la respuesta es la misma desde 1848 ¿No?

MARXISMO

Federici encuentra en el concepto de los comunes, una clave que puede servir para avanzar en esa dirección. Es tremendamente crítica con las tecnologías refiriéndose al mito de que los avances tecnológicos generan prosperidad (vendehumos tech de todo el mundo con ataque). Ya que en realidad la aplicación capitalista de la ciencia y tecnología en los procesos productivos ha demostrado ser tan costosa en términos de sus efectos en las vidas humanas y en los sistemas ecológicos que inevitablemente está destruyendo la Tierra. Más importante aún, la computerización no ha reducido la semana laboral ni la carga de trabajo, finalmente la tecnología sólo ha sumado al estado de miseria general en que viven hoy los seres humanos.

Todo ha sido dicho, te dejo este videito que hice que se llama A World to Win y que está musicalizado por mi amigo hermoso el Mariano que me hizo una versión Neko Atsume de La Internacional. 

Danae


“Los relaves constituyen, ante todo, el Antropoceno chileno”.

Oh, Danae, no me deja de dar vueltas lo que el sociólogo chileno, Sebastian Ureta, dijo hace algunos días en una conferencia muy buena, Diálogos del Litio, que realmente recomiendo. El relave cruza bastante mi vida, digo: CODELCO lanzaba sus desechos mineros en el río El Salado (en el foto) -bah, un hilo de agua en el desierto- y con mi papá, mis hermanas y mi perro solíamos pasear por ahí los fines de semana; no había mucho que hacer en los ochentas, sin internet, con dictadura, en el medio de la nada. Tengo recuerdos demasiados amorosos con un relave tóxico y contaminante sobre el rio. Siempre bromeamos tipo, me pediré esta comida entera procesada porque ya soy radioactiva.

No sé bien cómo explicarlo. Llevo años leyendo sobre crisis climática, pero pensar en que la huella climática geológica de los relaves chilenos -de “mi” relave- en términos de Antropoceno, fue muy :O La geología siempre fue algo muy presente en mi niñez, además. Recuerdo incontables paseos con mi padre, al interior de la cordillera de los Andes, en la búsqueda de fósiles, los cuales -al menos en esa época- podían encontrarse muy fácilmente.

El releve como capa geológica del Antropoceno, el Antropoceno como una capa amorosa.

Con todo, he estado leyendo mucho sobre geoingeniería climática. Hay un libro bien bueno, de la Holly Jean Buck, llamado “After Geoengineering. Climate Tragedy, Repair, and Restoration” que mira a este conjunto de tecnologías y procesos que buscan la modificación deliberada y a gran escala del clima terrestre para combatir el calentamiento global y que van desde la fertilización oceánica para que se absorva más co2, a los diversos métodos mecánicos de captura y almacenamiento de carbono de las que creo que hemos hablado al menos someramente antes en Gatita. Pero, más allá de los diversos problemas que presentan estos métodos experimentales (desde su problamea de escala, su tecnosolusionismo o la distracción -panteada por las empresas de combustibles fósiles- del real problema), lo que me gustó del libo de Buck es que es una reflexión de cómo la izquierda ha renunciado a pensar y desarrollar tenologías como en una forma casi de neoludismo y cómo aquella discusión se está dejando a una elite.

El rollo es que, querámoslo o no, para evitar una catástrofe climática –y de acuerdo al último informe del IPCC– en este punto sería necesario eliminar el carbono de la atmósfera y no solo reducir drásticamente las emisiones.

Oh, amor mío, voy sí o sí de cabeza a los libros que me recomiendas. ¿Será que este año podremos ir a conmemorar nuestros muertos del 11 de septiembre? 

Te mando un durazno en flor al norte del mundo.

Besos
p.